El Atenazador de San Vicente

El Atenazador de San Vicente

La fiesta comenzaba en las vísperas de San Pedro cuando los mozos se encargaban de preparar un carnero o marón para la cena del día 29 de junio. Ese día los mozos comenzaban por la mañana con la limpieza de las fuentes del pueblo y las fuentes y manantiales que había por el campo y que iban a ser utilizadas por la gente en la temporada de siega que comenzaba y por los pastores. Al terminar de limpiar cada fuente se le solía poner un ramo de flores como señal de que ya estaba limpia.

Por la tarde después de soltar las vacas a la vacada (19:00 h) comenzaba el desfile y las carreras. Los mozos se habían vestido en alguna casa sin que el resto del pueblo supiera en cuál. Ese era el único momento en el que participaban las mujeres, ayudando a vestirse sobre todo a la novia, ya que todos los participantes son hombres. Así se trataba de pillar por sorpresa a algún rapaz que estuviera esperando que apareciesen por otro lado. Antiguamente era verdadero pánico el que sentían los rapaces al oír los cencerros, hoy el carácter de la fiesta es más lúdico.

 

La mascarada consta de atenazadores, filandorra, una pareja de novios, pobres y gaiteros para poner música en el baile. La marcha discurre por las calles del pueblo, con los atenazadores corriendo detrás de los rapaces y rapazas sobre todo, aunque nadie se libra de ellos. Utilizan las tenazas articuladas que portan para atenazar con los cuernos que llevan en la punta.

 

El pavor de los rapaces era tal que muchos se escondían en sus casas y no salían en toda la tarde, a no ser que el atenazador entrara a buscarles, otros incluso salían corriendo del pueblo y volvían por la noche.

 

Los novios van de casa en casa bailando con el novio repartiendo tabaco como en las bodas. Los pobres pidiendo limosna bien en dinero o en especie como agradecimiento a la limpieza de las fuentes realizada por la mañana. Si los amos de la casa no aportan nada es cuando se las tienen que ver con algún atenazador que entrará a su casa y sacará algún trasto a la calle, o con la ceniza que les eche la filandorra. Una vez hecha la aportación los dueños de la casa se unen a la marcha.

 

El recorrido acababa en la plaza del pueblo con todos los protagonistas de la mascarada y la gente del pueblo para echar unos bailes.

 

 

Ya por la noche bien en una casa o en una taberna, los mozos se reunían para cenar con todo lo recaudado y con el carnero que habían preparado. Aquí las mozas eran ya invitadas a disfrutar de la fiesta.

La fiesta comenzaba en las vísperas de San Pedro cuando los mozos se encargaban de preparar un carnero o marón para la cena del día 29 de junio. Ese día los mozos comenzaban por la mañana con la limpieza de las fuentes del pueblo y las fuentes y manantiales que había por el campo y que iban a ser utilizadas por la gente en la temporada de siega que comenzaba y por los pastores. Al terminar de limpiar cada fuente se le solía poner un ramo de flores como señal de que ya estaba limpia.

 

Por la tarde después de soltar las vacas a la vacada (19:00 h) comenzaba el desfile y las carreras. Los mozos se habían vestido en alguna casa sin que el resto del pueblo supiera en cuál. Ese era el único momento en el que participaban las mujeres, ayudando a vestirse sobre todo a la novia, ya que todos los participantes son hombres. Así se trataba de pillar por sorpresa a algún rapaz que estuviera esperando que apareciesen por otro lado. Antiguamente era verdadero pánico el que sentían los rapaces al oír los cencerros, hoy el carácter de la fiesta es más lúdico.

 

La mascarada consta de atenazadores, filandorra, una pareja de novios, pobres y gaiteros para poner música en el baile. La marcha discurre por las calles del pueblo, con los atenazadores corriendo detrás de los rapaces y rapazas sobre todo, aunque nadie se libra de ellos. Utilizan las tenazas articuladas que portan para atenazar con los cuernos que llevan en la punta.

 

El pavor de los rapaces era tal que muchos se escondían en sus casas y no salían en toda la tarde, a no ser que el atenazador entrara a buscarles, otros incluso salían corriendo del pueblo y volvían por la noche.

 

Los novios van de casa en casa bailando con el novio repartiendo tabaco como en las bodas. Los pobres pidiendo limosna bien en dinero o en especie como agradecimiento a la limpieza de las fuentes realizada por la mañana. Si los amos de la casa no aportan nada es cuando se las tienen que ver con algún atenazador que entrará a su casa y sacará algún trasto a la calle, o con la ceniza que les eche la filandorra. Una vez hecha la aportación los dueños de la casa se unen a la marcha.

 

El recorrido acababa en la plaza del pueblo con todos los protagonistas de la mascarada y la gente del pueblo para echar unos bailes.

 

Ya por la noche bien en una casa o en una taberna, los mozos se reunían para cenar con todo lo recaudado y con el carnero que habían preparado. Aquí las mozas eran ya invitadas a disfrutar de la fiesta.

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Llegar al Atenazador

 

Llega a San Vicente

41°48'19.60" N 6°15'04.90" O

UTM 29T 728340E 4631830N

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Esta página web se realiza con el único fin de dar a conocer la tradición y fiesta del Atenazador de San Vicente y como agradecimiento a todas las personas que la hacen posible.

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